Uno de los aspectos que despierta más asombro en cuanto al trabajo celular es la distancia enorme que existe entre todas las iglesias que implementan células y los diferentes modelos que se desarrollan.
Mientras todos los que hemos iniciado células decimos “tener células”, cuando cada uno detalla lo que está haciendo descubrimos que “hacemos cosas diferentes”, “damos importancia a aspectos diferentes” y “apuntamos a objetivos diferentes”.
Es hora de preguntarnos con sinceridad ¿Tenemos células? o tenemos lo que cada uno de nosotros ha definido como células.
A esta altura vale aclarar que Dios puede usar cualquier método éticamente cristiano para que su obra crezca, por lo tanto, si Dios está dando regularmente crecimiento en su Iglesia siga usted adelante, esta es una clara señal bíblica de que Dios está trabajando a través de su gente. (1ra Corintios 3.6-7)
Pero si usted ve que las cosas no han cambiado mucho después de un tiempo adecuado, o está interesado en optimizar su actual trabajo en células lo invito a que revisemos juntos si las acciones que hemos adoptado han respetado las líneas básicas de lo que llamamos “Una iglesia de células”.
Sería incorrecto estar esperando los mismos resultados de crecimiento si hemos dejado de lado las recomendaciones primarias para instrumentar células en nuestra iglesia.
Para disipar confusiones y aclarar conceptos básicos podemos inventar estos ejemplos:
– Congregación 1: Se Abren 7 células en hogares y todas son lideradas por el pastor.
Corrección: La base de una Iglesia de células está formada por los líderes de célula.
– Congregación 2: Se abren 8 células que funcionan en el edificio de la Iglesia.
Corrección: Las células funcionan en los hogares como puentes hacia la comunidad.
– Congregación 3: Se informa que las 5 clases de la Escuela Dominical ahora son células, pero su funcionamiento interno sigue siendo el mismo.
Corrección: Las células funcionan bajo la dinámica de “unos a otros”, no hay “un maestro” y funcionan en medio de la comunidad no-cristiana.
– Congregación 4: Se abren 9 células en hogares donde cada líder desarrolla un excelente Estudio Bíblico unidireccional.
Corrección: Las células funcionan con la plena participación de “todos los miembros”.
– Congregación 5: Se abren 6 células para que los miembros se cuiden unos a otros como objetivo principal.
Corrección: Las células tienen el objetivo principal penetrar la comunidad no-cristiana y crecer hasta “dar a luz otra célula”.
– Congregación 6: Se tienen células que tienen un promedio de 25 asistentes.
Corrección: Las células son grupos pequeños (10/12 máximo) a fin de permitir la participación, la atención personal y la constante multiplicación de líderes y células.
Todos estos inicios demuestran que las intenciones son correctas, pero no se ha avanzado en comprender no solo el concepto de una Iglesia de células sino tampoco los componentes esenciales de la misma.
A fin de echar un poco de luz sobre factores que contribuyen a confusiones en la transmisión de conceptos, tomaremos como guía los siguientes puntos: (1)
6 maneras de confundirse:
- Intentar la transición de la congregación entera.
Intentar llevar a un grupo grande a cambiar sus valores es algo que ni siquiera Jesús intentó.
El ejemplo de Jesús debiera bastarnos para comprender que debemos iniciar la transición formando una célula y verificando “en carne propia” que esto de las células es efectivo.
Si no podemos transmitir la idea a un grupo pequeño ¿Cómo lo lograremos con un grupo grande? Comencemos exactamente en el punto donde Jesús lo hizo.
- Ver a las células como un programa más que se agrega a todos los existentes.
Las células para convertirse en una herramienta eficaz de crecimiento deben volverse la columna vertebral de su Iglesia.
Comprendida en su totalidad cada célula es una mini-iglesia instalada en una manzana de un barrio.
No es como el resto de los programas que atienden un aspecto del ministerio, sino que son “Iglesias completas” en sí mismas.
- La expectativa de ser YA una “Iglesia de células”
Resulta simpático pensar que Jesús tardó tres años y medio en formar los primeros 12 líderes y liberarlos para la apertura de grupos pequeños mientras nosotros en poco tiempo creemos haber formado un grupo de líderes aptos para iniciar grupos pequeños con seriedad y estabilidad.
La estabilidad, propósito y funcionamiento de las células que abrimos dice mucho acerca de nuestra seriedad, planificación y paciencia para implementarlas. Una Iglesia de células no es “café instantáneo”.
- Saltear el ejemplo de Jesús y ir directamente a abrir células sin preparación.
Este es uno de los errores más comunes y más graves. Nuestro apuro por estar “en la moda” de “tener células” ha llevado a muchos a iniciar “algo” que podamos llamar” células” pero hemos dejado el paso más importante de lado.
El tiempo en que el pastor se dedica a vivir su propia experiencia de célula y asi enseñar a sus primeros 12 líderes “con su ejemplo” como se realiza el trabajo.
Ningún manual, seminario o aconsejamiento reemplaza a esta etapa en el camino serio a implementar células en un grupo de personas. Si Jesús lo hizo así, por algo será.
- Ir directamente a mostrar materiales, técnicas, promoción y motivación sin haber trabajado para que las personas incorporen los valores básicos de una Iglesia de células.
Generalmente lo primero que llega a la mano de los pastores son materiales, técnicas de trabajo, promociones y formas de motivar a los miembros hacia las células.
Es bueno detenerse el tiempo necesario (a nosotros nos llevó 1 año) hasta ver que un grupo de personas a incorporado los valores básicos de la célula a sus vidas.
De lo contrario cuando las personas abran sus hogares se darán cuenta de que les faltan los elementos necesarios para que estas sean efectivas, esto traerá desánimo y puede entorpecer el curso de implementación de células.
- La ausencia de un “Plan de trabajo” realista.
No encuadrar la implementación de células en un proyecto serio, planificado y comprometido puede traer más problemas que soluciones. Tomar el tiempo necesario para
definir un “Plan de trabajo” con objetivos, estrategias, recursos, planes de acción y evaluación será una excelente inversión para que no se busque en las células un “Salvador” a todos los males de la Iglesia.
Nuestra experiencia es que nos ha costado mucho “ir lento” pero hemos aprendido a no saltear etapas y hoy después de tres años y medio de trabajo estamos viendo resultados hermosos en calidad y cantidad.
Las células nos han llevado a pasar de ser una iglesia que realizaba bautismos una vez al año a ser una iglesia que bautiza cada 3 meses y alcanzo 5 años consecutivos viendo crecimiento (nuevos miembros).
Hoy nos encontramos trabajando en una nueva iglesia que iniciamos desde cero y estamos expectantes de poder en este nuevo trimestre ver crecimiento por medio de nuevos bautismos.
Mi deseo es que usted pueda estar soñando lo mismo.
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